martes, 16 de noviembre de 2010

TECNICAS DE CEPILLADO DE LOS DIENTES

LOS RECURSOS FORESTALES



Los bosques son el recurso natural renovable más importante del país tanto por su extensión como por su importancia económica. Con una superficie boscosa de cerca de 73 millones de ha (57% del territorio nacional) el país ocupa el 2o lugar en América del Sur.

Los bosques existentes en el país se pueden clasificar de varias maneras:

1. Por su origen:
· Bosques naturales: de origen natural. Cubren 72,8 millones de ha.· Bosques cultivados: sembrados o reforestados. Cubren unas 300 000 ha.

2. Por regiones naturales:
· Costa: bosques naturales (1,87 millones de ha); bosques cultivados (12 mil ha).· Sierra: bosques naturales (0,7 millones de ha); bosques cultivados (270 mil ha).· Selva: bosques naturales (70,2 millones de ha); bosques cultivados (18 mil ha).

3. Por la composición de especies:
· Heterogéneos: con una alta diversidad de especies por hectárea. Cubren 65,5 millones de ha. Son los bosques amazónicos en su mayor parte.· Homogéneos: con una composición bastante uniforme de pocas especies. Cubren un total de 7,3 millones de ha. Pertenecen a este grupo los manglares (5 000 ha), los bosques secos (1, 1 millones de ha), los quinuales y quishuares (30 000 ha), los bosques de romerillo (700 000 ha), y los aguajales (5,5 millones de ha).

4. Por su aptitud:
· Aptos para la extracción de madera, o sea, cuyas condiciones posibilitan las actividades forestales maderables. Cubren 39,3 millones de ha.· No operables, o sea, donde las condiciones de pendiente y otras no favorecen las actividades forestales maderables. Cubren 26,2 millones de ha. Estos bosques se ubican en tierras de protección donde las actividades humanas (agricultura, ganadería, forestales) deben ser evitadas para no destruir otros recursos (cuencas, aguas, suelos, diversidad biológica, etc.).

La
importancia de los bosques es económica, social y ambiental o ecológica.1 . La importancia económica está dada por los numerosos productos que se obtienen de ellos tanto maderables (unos 8 millones de M3 de madera/año) y no maderables (leña, plantas medicinales, alimentos vegetales, carne de monte, fibras, tintes, etc.). En el Perú se usan unas 4 400 especies de plantas para 48 fines distintos y que representan un valor de US$ 4 000 millones al año. El potencial maderero total del país se calcula en 5 600 millones de M3 de los cuales se aprovechan 8 millones al año.

2. La importancia social está en la alta dependencia de grupos humanos de los recursos forestales tanto para la obtención de diversos productos (leña, alimentos, medicinas, fibras, etc.) como para su subsistencia cultural, como las comunidades indígenas amazónicas, que viven en y del bosque.

3. La importancia ambiental o ecológica consiste en los servicios ambientales que prestan los bosques como la conservación del agua y de las cuencas de los ríos, la conservación de los suelos, la conservación de la diversidad biológica (especies de flora, fauna, rnicroorganisrnos y recursos genéticos). La conservación de los bosques es de alta prioridad.
Las plantas tienen gran importancia para el medio ambiente y el ser humano, tanto a nivel mundial como nacional. La importancia de la flora y la vegetación tiene dos aspectos muy importantes: el ecológico y el económico.

1. Importancia de los bosques: Los bosques tienen un rol muy importante, resaltando los siguientes aspectos:

· Protegen el suelo contra la erosión, porque con sus raíces y la cobertura evitan los deslizamientos y el arrastre.

· Dan cobertura y alimento a la fauna silvestre, siendo esenciales para el mantenimiento de las especies cuyo hábitat es el bosque.

· Regulan el escurrimiento del agua. Evitan el escurrimiento superficial rápido de las aguas y forman una especie de esponja, que retiene el agua y permite la infiltración en el subsuelo.· Mantienen la fertilidad de los suelos y la restituyen. Son grandes productores de materia orgánica y recicladores de nutrientes. Cuando un suelo ha perdido la fertilidad, el bosque la repone.

· Son fuente de una alta diversidad de productos útiles como la madera, alimentos, plantas medicinales, y productos industriales (gomas, resinas, tintes, fibras, aceites, etc).

· Descontaminan el aire. Lo oxigenan y purifican por la producción de oxígeno y la retención de partículas.

· Embellecen el paisaje. Una zona con bosques y árboles tiene un aspecto totalmente distinto a una sin ellos. En el primer caso tenemos un paisaje agradable, que invita al disfrute de la vida por un entorno equilibrado.

4. Importancia de los árboles y plantas en las ciudades: Los árboles y las áreas verdes en las ciudades producen beneficios como la descontaminación del aire, fijando el polvo y el humo, y mitigando el ruido; refrescan el ambiente, porque con su sombra mitigan las altas temperaturas; oxigenan el aire, fijando el dióxido de carbono (C02); y embellecen las ciudades y descansan la vista.
EN CONCLUSIÓN
Ante tantos beneficios es responsabilidad de todos conservar la vegetación y contribuir a restituirla en las ciudades y zonas degradadas


sábado, 16 de octubre de 2010

LA LEYENDA DEL PIJUAYO

LA LEYENDA DEL PIJUAYO
(Versión : “Bora Ampiyacu”)
Adaptación: Prof. Armando Coral, de Loreto, Iquitos (mayo, 2000)
Cuentan los Bora del río Ampiyacu (Distrito de Pevas del bajo Amazonas), que en cierta ocasión hace muchas lunas, se produjo una gran hambruna sobre la tierra. Los seres humanos morían de hambre, los campos no producían, los animales no tenían que comer ni que beber, los hombres se mataban entre sí para arrancarse lo poco que les quedaba.
En esas penosas circunstancias un cazador Bora, desesperado por no encontrar caza ni frutos, al vagar solitario cerca a la orilla de un lago, escuchó risas y cantos. Sorprendido por esa muestra de júbilo en zona tan arrasada por la hambruna, se acerca y nota la presencia de un “ramillete de hermosas mujeres” que jugaban en la playa, las que advirtiendo la presencia del intruso, optaron por esconderse apresuradamente; pero viendo el estado calamitoso en que este pobre hombre se encontraba, se le acercan poco a poco y pronto entablan amistosas relaciones, y en su entusiasmo invitan al joven a su ciudad, que se ubicaba nada menos que en el fondo del lago, ya que ellas eran “las Sábalos”, hijas del Rey del Lago.
El cazador Bora acompaña a “las Sábalos” y vive largo tiempo con ellas; aunque añoraba a los suyos en tierra, pensando que quizá seguían muriendo de hambre, mientras él gozaba de la vida.
Un buen día nota que los habitantes de este extraño reino se abastecían de unos frutos muy sabrosos, cual “manjar de los dioses” que cuidaban con esmero y que llamaban “pijuayos”, los cuales nunca se habían visto sobre la tierra. El Bora pensó entonces, que tal vez si lograba sembrarlos en su pueblo, solucionaría de hecho la hambruna, debido a sus exquisitas cualidades como alimento y bebida. Decidido robó una semilla, escondiéndola entre los dedos de su pie izquierdo e inmediatamente emprende la fuga hacia la tierra; pero es pillado y sometido a castigo.
Pasa el tiempo, y decide buscar una nueva oportunidad, come el fruto tragando la semilla y vuelve a tierra, donde lo siembra cerca a la cocha. Los peces y animales del lago se dan cuenta que su secreto y apreciado tesoro había sido robado, informando esta nefasta noticia a su rey, quien indignado ordena a las aguas y al viento que desaten una despiadada tormenta que echa por los suelos todos los árboles de pijuayo que encontraban a su paso.
Los peces arrastran las semillas y las plantas hasta el fondo, pero una mojarrita que conducía entre sus dientes una raíz del preciado fruto, queda aprisionada en un pequeño charco sin poder llegar a la cocha, implorando le devolviesen a los suyos.
El cazador le ofrece la libertad a condición que le entregase la raíz que llevaba, luego de pensarlo mucho rato, la mojarrita al fin accede y se la entrega, recomendándole sembrarla no muy cerca de la orilla a fin de que no lo vuelvan a descubrir y corra el mismo destino de ira y destrucción del árbol y del fruto, y tampoco quede ella delatada por esta debilidad. El cazador acepta la sugerencia y llevando la raicilla, la siembra en las alturas. Dicen que desde entonces, el hombre ni se enfermó ni volvió a padecer hambre, y las aves y demás animales terrestres también tienen que comer, pues el pijuayo se expandió por toda la amazonía, y es el manjar predilecto del hombre amazónico.